jueves, 28 de mayo de 2015

Padres - Los Roles en el Hogar - El Papel de los Hijos

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

LOS ROLES EN EL HOGAR – EL PAPEL DE LOS HIJOS


Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo.  «Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.»
                                                                                                          Efesios 6:1-3


Existen tres grandes responsabilidades de parte de los niños que deriva de su rol en el hogar y estas son la obediencia, el respeto y la honra a los padres. Antes de ver en detalle de que se trata cada una de ellas, los padres debemos concientizarnos de algunas verdades que tiene que ver con nuestros hijos:

1.    No hay niños malos, hay niños rebeldes.
2.    La rebeldía es producto de que los padres han caído en dos extremos: manifiestan desamor hacia el niño o le muestran amor excesivo y absorbente.

La tendencia al mal es una característica inherente al ser humano (Proverbios 22:15), en términos teológicos se conoce como concupiscencia, esto es verificable a través de la experiencia diaria, por ejemplo, reaccionamos fácilmente hacia estímulos negativos, recordamos más el mal que nos han hecho que lo bueno, estamos más inclinados hacía la mentira que hacia la verdad, mayor tendencia a las adicciones, resaltamos más las debilidades y defectos que las habilidades, etc. Solo hay un valor que hace posible inclinar la balanza hacia el lado contrario a la maldad y es el amor, el producto del amor es la bondad, entre otros (Gálatas 5:23).

De acuerdo con esto, si nuestra actitud como padres es mostrar desinterés y poca atención, básicamente, si no les demostramos que los amamos, la tendencia al mal se hace más fuerte, y se manifiesta a través de la rebeldía. Por otro lado, si les mostramos un “amor” excesivo y absorbente a través de la sobreprotección, el niño se vuelve mimado, crecerá como un pequeño reyezuelo creyéndose con derecho a todo y sin que tenga que hacer el mayor esfuerzo, por lo que la tendencia al mal se hace, también fuerte. Así que ambos extremos conducen al mismo punto.

¿Cómo logramos que nuestros hijos cumplan a cabalidad con su rol?, pues evidentemente este consejo sería más de tipo preventivo que curativo, ósea que los padres con bebes de cero a cuatro años están a tiempo de corregir actitudes de rebeldía en los hijos. Ya que una vez el niño establezca asociaciones de comportamientos, por ejemplo, “si hago pataletas me dan lo que quiero”, será difícil corregirlo y el patrón de conducta se afirmará, a no ser que se les brinde ayuda profesional y/o espiritual (tratamiento correctivo). Se les aconseja, entonces, a los padres establecer el equilibrio entre ejercer la disciplina con firmeza, darles la atención que necesitan, y demostrarles amor respetando el libre desarrollo de su personalidad.  Si desarrollan bien los roles ya planteados en los artículos El rol del padre y el Rol de la Madre, el equilibrio en la crianza se dará de manera natural.
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Respeto de los problemas de conducta en niños y adolescentes los trataremos en un próximo artículo.

La obediencia
Los niños y adolescentes deben atender las instrucciones de los padres y verlas como una muestra de amor de parte de ellos, a través de las cuales le manifiestan su interés por protegerlos. La obediencia se afirma a través de las reglas, éstas no deben ser desmedidas e inalcanzables, o de lo contrario el niño se frustrará al no poder lograrlas.  Es importante que el padre sea firme en el cumplimiento de las reglas. Los hijos van a intentar de todas las formas probar su firmeza, por ejemplo, le propondrán negociar el uso de su video juego más seguido, si consigue buenas notas en su colegio, ¡no acceda!, debe recordarle que las buenas notas y su educación no son un producto y mucho menos canjeable, sino un patrimonio innegociable. Si accede después de ver su aparente interés y su carita de necesidad, usted estará perdido, ellos establecerán el patrón de conducta y sabrán como manipularlo. Frente a este ejemplo, no pierda la oportunidad cerrándose con un no rotundo, más bien plantéeles otro negocio, antes recordándole lo dicho respecto de que la educación es innegociable, dígale que si le poda el césped (En caso de que pueda), o si le ayuda con alguna otra labor casera durante una o varias semanas, podría tener lo que quiere, así aprenderá que conseguir lo que desea exige un sacrificio. Este patrón de conducta le servirá para toda la vida.

El respeto
Los hijos deben respetar a los padres, no ofendiéndolos, increpándoles o dañándolos físicamente. No deben levantar su mano hacia ellos, no deben gritarles, lanzarle insultos o utilizar lenguaje soez. Algunos padres de manera equivocada, les enseñan a sus hijos lenguaje vulgar desde pequeños, pensando que es un pequeño juguete que dice “paputa”. O complacen a sus hijos en todo. Luego que el patrón de conducta de la manipulación ha sido establecido lo que sigue es el irrespeto. Les gritaran y les insultaran donde estén, en la casa, en el súper, en el cine, de visita donde amigos y familiares, básicamente se cumplirá lo que afirma el Proverbio 29:15  “La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre”.


La Honra
Los hijos deben honrar a sus padres, básicamente es mantener el buen nombre, la dignidad y la estima hacia sus padres que han ganado por virtud propia. La honra es el resultado de buenos patrones de conducta, se hace manifiesto en la adolescencia, juventud y de manera plena en la adultez. Involucra en los hijos un buen comportamiento dentro y más aún fuera de casa, en el colegio, la universidad, el trabajo, haciendo manifiesto los principios y valores aprendidos. Estar atentos a los padres, cubrirles en su necesidad ya siendo ancianos, visitarlos, invitarlos a su casa, entre otras, hace parte de la honra que nuestros padres merecen.

Los hijos son un regalo de Dios, herencia de Él, por tanto es nuestra obligación cuidarlos y formarlos adecuadamente. Esta responsabilidad no debe ser delegada a nadie más, ni abuelos, vecinos, niñeras, profesores o amigos. De nosotros depende que puedan cumplir su rol dentro de la vida familiar.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Por
Edgardo Buelvas Arrieta

Terapista de Familia

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