jueves, 28 de mayo de 2015

Padres - Los Roles en el Hogar - El Papel de los Hijos

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

LOS ROLES EN EL HOGAR – EL PAPEL DE LOS HIJOS


Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo.  «Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.»
                                                                                                          Efesios 6:1-3


Existen tres grandes responsabilidades de parte de los niños que deriva de su rol en el hogar y estas son la obediencia, el respeto y la honra a los padres. Antes de ver en detalle de que se trata cada una de ellas, los padres debemos concientizarnos de algunas verdades que tiene que ver con nuestros hijos:

1.    No hay niños malos, hay niños rebeldes.
2.    La rebeldía es producto de que los padres han caído en dos extremos: manifiestan desamor hacia el niño o le muestran amor excesivo y absorbente.

La tendencia al mal es una característica inherente al ser humano (Proverbios 22:15), en términos teológicos se conoce como concupiscencia, esto es verificable a través de la experiencia diaria, por ejemplo, reaccionamos fácilmente hacia estímulos negativos, recordamos más el mal que nos han hecho que lo bueno, estamos más inclinados hacía la mentira que hacia la verdad, mayor tendencia a las adicciones, resaltamos más las debilidades y defectos que las habilidades, etc. Solo hay un valor que hace posible inclinar la balanza hacia el lado contrario a la maldad y es el amor, el producto del amor es la bondad, entre otros (Gálatas 5:23).

De acuerdo con esto, si nuestra actitud como padres es mostrar desinterés y poca atención, básicamente, si no les demostramos que los amamos, la tendencia al mal se hace más fuerte, y se manifiesta a través de la rebeldía. Por otro lado, si les mostramos un “amor” excesivo y absorbente a través de la sobreprotección, el niño se vuelve mimado, crecerá como un pequeño reyezuelo creyéndose con derecho a todo y sin que tenga que hacer el mayor esfuerzo, por lo que la tendencia al mal se hace, también fuerte. Así que ambos extremos conducen al mismo punto.

¿Cómo logramos que nuestros hijos cumplan a cabalidad con su rol?, pues evidentemente este consejo sería más de tipo preventivo que curativo, ósea que los padres con bebes de cero a cuatro años están a tiempo de corregir actitudes de rebeldía en los hijos. Ya que una vez el niño establezca asociaciones de comportamientos, por ejemplo, “si hago pataletas me dan lo que quiero”, será difícil corregirlo y el patrón de conducta se afirmará, a no ser que se les brinde ayuda profesional y/o espiritual (tratamiento correctivo). Se les aconseja, entonces, a los padres establecer el equilibrio entre ejercer la disciplina con firmeza, darles la atención que necesitan, y demostrarles amor respetando el libre desarrollo de su personalidad.  Si desarrollan bien los roles ya planteados en los artículos El rol del padre y el Rol de la Madre, el equilibrio en la crianza se dará de manera natural.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Respeto de los problemas de conducta en niños y adolescentes los trataremos en un próximo artículo.

La obediencia
Los niños y adolescentes deben atender las instrucciones de los padres y verlas como una muestra de amor de parte de ellos, a través de las cuales le manifiestan su interés por protegerlos. La obediencia se afirma a través de las reglas, éstas no deben ser desmedidas e inalcanzables, o de lo contrario el niño se frustrará al no poder lograrlas.  Es importante que el padre sea firme en el cumplimiento de las reglas. Los hijos van a intentar de todas las formas probar su firmeza, por ejemplo, le propondrán negociar el uso de su video juego más seguido, si consigue buenas notas en su colegio, ¡no acceda!, debe recordarle que las buenas notas y su educación no son un producto y mucho menos canjeable, sino un patrimonio innegociable. Si accede después de ver su aparente interés y su carita de necesidad, usted estará perdido, ellos establecerán el patrón de conducta y sabrán como manipularlo. Frente a este ejemplo, no pierda la oportunidad cerrándose con un no rotundo, más bien plantéeles otro negocio, antes recordándole lo dicho respecto de que la educación es innegociable, dígale que si le poda el césped (En caso de que pueda), o si le ayuda con alguna otra labor casera durante una o varias semanas, podría tener lo que quiere, así aprenderá que conseguir lo que desea exige un sacrificio. Este patrón de conducta le servirá para toda la vida.

El respeto
Los hijos deben respetar a los padres, no ofendiéndolos, increpándoles o dañándolos físicamente. No deben levantar su mano hacia ellos, no deben gritarles, lanzarle insultos o utilizar lenguaje soez. Algunos padres de manera equivocada, les enseñan a sus hijos lenguaje vulgar desde pequeños, pensando que es un pequeño juguete que dice “paputa”. O complacen a sus hijos en todo. Luego que el patrón de conducta de la manipulación ha sido establecido lo que sigue es el irrespeto. Les gritaran y les insultaran donde estén, en la casa, en el súper, en el cine, de visita donde amigos y familiares, básicamente se cumplirá lo que afirma el Proverbio 29:15  “La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre”.


La Honra
Los hijos deben honrar a sus padres, básicamente es mantener el buen nombre, la dignidad y la estima hacia sus padres que han ganado por virtud propia. La honra es el resultado de buenos patrones de conducta, se hace manifiesto en la adolescencia, juventud y de manera plena en la adultez. Involucra en los hijos un buen comportamiento dentro y más aún fuera de casa, en el colegio, la universidad, el trabajo, haciendo manifiesto los principios y valores aprendidos. Estar atentos a los padres, cubrirles en su necesidad ya siendo ancianos, visitarlos, invitarlos a su casa, entre otras, hace parte de la honra que nuestros padres merecen.

Los hijos son un regalo de Dios, herencia de Él, por tanto es nuestra obligación cuidarlos y formarlos adecuadamente. Esta responsabilidad no debe ser delegada a nadie más, ni abuelos, vecinos, niñeras, profesores o amigos. De nosotros depende que puedan cumplir su rol dentro de la vida familiar.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Por
Edgardo Buelvas Arrieta

Terapista de Familia

lunes, 25 de mayo de 2015

Padres - Los Roles en el Hogar - El Papel de la Mujer

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

LOS ROLES EN EL HOGAR – EL PAPEL DE LA MUJER


Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.
                         Proverbios 31:30

La mujer juega un papel tan importante como el del varón en el hogar, pues está dotada de las características y talentos fundamentales para ser luz en el hogar. Es el factor unificador para alcanzar la armonía y la paz en la familia. El Manual de Vida le otorga el papel de ayuda idónea para el esposo y sujeta a su autoridad. Está claro que no se trata de romper con los principios de equidad, sino de identificar el rol de cada miembro de la familia. Cuando no comprende y consecuentemente no se acepta este rol, por diferentes razones, deja de ser ayuda idónea para convertirse en ayuda errónea, y manifiesta las siguientes características:
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-          Cree que siempre tiene la razón
-   Aleja al esposo de sus metas porque cree que las de ellas son más importantes
-          Se siente como esclava o como adorno
-          No hace equipo con su esposo
-          Es necia, no edifica
-          Vive con rencores y resentimientos porque vive en el pasado
-          Critica, murmura y menosprecia

La mayoría de las mujeres que manifiestan estos síntomas desarrollan una mala salud mental en los hijos, porque les transmiten a ellos sus miedos y temores, los colocan como escudo frente a los conflictos que tienen con el esposo, haciéndoles sentir que son la causa de un matrimonio conflictivo y no la consecuencia de una vida de pareja armónica en la que abunda el amor y la comprensión.

Para ser una verdadera ayuda idónea la mujer debe desarrollar estas características:

-          Es diligente
-          Anima sin dar lecciones, sin discutir y criticar
-       Es prudente y afectuosa al momento de hablar de las diferencias entre ella y su esposo.
-   Basa su autoridad femenina en el amor y en el servicio, no en ser dominante.
-          Apoya a su esposo en los buenos y malos momentos, hace equipo con él.
-          No compite con él, no le critica delante de terceras personas, pues esto lo degrada y pude ocasionar en él una furiosa explosión o una silenciosa retirada.
-          Es tierna, cordial y afectuosa. El hombre por lo general rechaza a la mujer agresiva, rencillosa y mal hablada.
-      Es inteligente, saber tomar decisiones, demuestra sus capacidades, le hace sentir que tiene a su lado una verdadera reina.
-          Es sabia y sensata
-          Cultiva la belleza exterior, cuida su cuerpo y su salud.
-          Sabe amar
-          Aprende a perdonar a su esposo, y pide perdón reconociendo sus errores.

El Manual de Vida nos enseña que la mujer sabia edifica la casa y la necia la destruye, cuando no se asumen los roles, se desestabiliza el hogar, crea confusión en los hijos y genera contiendas. El papel de la mujer es fundamental, la Biblia también afirma que es corona del esposo, el cual le da brillo y le hace resaltar. La realización de la mujer en el hogar la logra viendo a su esposo feliz y haciéndole frente a los problemas y a los hijos estables y llenos de sueños.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

domingo, 24 de mayo de 2015

Padres – Los Roles en el Hogar – El Papel del Varón

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

LOS ROLES EN EL HOGAR – EL PAPEL DEL VARÓN


Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor
                                                                                              Efesios 6:4


Es verdad que desde el vientre, los hijos crean un vínculo casi perfecto con la madre, un vínculo físico y emocional hasta cierta etapa y luego emocional. La dependencia del feto es total y luego que nace va buscando independencia hasta alcanzar la edad óptima, donde está listo para repetir el proceso. Esta condición de vida nos obliga a pensar que es la madre la responsable de todo lo que tenga que ver con la formación del hijo, sin embargo es el padre el que tiene la responsabilidad de formar el carácter y darle estructura al recién nacido.

Por el manual de vida entendemos que cada miembro de la familia tiene roles que cumplir, que cuando se desarrollan de manera normal se forman y capacitan seres humanos que afectan positivamente la sociedad; pero cuando no se dan, por diferentes razones, se gestan individuos que dañan y corrompen la sociedad. Examinemos los roles.

El Papel del varón

En Efesios 5:22-24 encontramos que el Manual de Vida, le otorga el rol de cabeza del hogar al varón, básicamente le delega la responsabilidad de ejercer con sabiduría la autoridad en el hogar.  Algunas personas podrían considerar este designio como machista, ya que rompe, de alguna manera el principio de equidad entre hombre y mujer. Para entender y aceptar este principio ubiquémonos en la perspectiva de cómo ven los hijos los roles, para ello establezcamos una semejanza: si usted tuviera dos jefes en su trabajo, ¿haría más fácil o más difícil su trabajo? Siempre es más difícil complacer o servir a dos personas que a una, eso se ajusta a todos los aspectos de la vida. La naturaleza también nos muestra que todo que tiene dos cabezas es aberrante. Así que el hecho de que el varón tenga la responsabilidad de la autoridad en el hogar y que el resto de los integrantes se sujeten a él, no es descabellada, por el contrario hace parte de la armonía que debe existir en el hogar como una empresa organizada. De la misma forma tampoco resta importancia a los demás integrantes. Así que mencionemos tres funciones que se derivan del rol de varón como cabeza:
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-          Proveedor: Es responsable de la provisión material, conocimiento, disciplina y afirmar principios en los hijos. Su responsabilidad lo lleva a apoyar a su esposa en su realización personal, como madre, esposa y profesional. La provisión va mucho más allá de llevar dinero a la casa, en todo sentido tiene que ver con que los integrantes bajo su responsabilidad se sientan plenos.

-          Protector: Debe proteger a su familia garantizando el bienestar de cada uno de ellos. Es tanto física como emocional, debe garantizar que los problemas y dificultades a los que se van a enfrentar no se conviertan en el obstáculo que impida el cumplimiento de los sueños. Más que proteger, como leona en celo a sus crías, debe lograr que la provisión de principios se afirmen a través del amor que les manifiesta; que el conocimiento y la disciplina se conviertan en la mejor arma con la que se defiendan en la vida.

-          Director: No es un mandamás, el amo, el dictador. Jesús le enseñaba a sus discípulos que el que quisiera ser mayor entre ellos, tenía que servirle a los demás. La labor de un jefe es mandar, impartir órdenes, bajo el estímulo de un beneficio propio. La labor de un padre como director es guiar en amor hacia el beneficio grupal, y como ya lo mencionamos, hacía la realización personal de cada uno de los integrantes de la familia. Mandar es fácil, dirigir con sabiduría requiere un ingrediente especial: el amor sacrificial, darlo todo sin esperar nada a cambio.

El no conocer, no asumir estos roles, o no aceptarlos, es lo que causa el desequilibrio y rompe con la armonía en el hogar. De esta forma podemos sacar una gran conclusión, cuando un varón se compromete, sea delante de Dios, o delante de los hombres a formar un hogar y tener una familia, asume el compromiso de desarrollar estos roles, si algo falla es también su responsabilidad. Recordemos para terminar, está vieja frase: “Un gran poder exige una gran responsabilidad”.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

martes, 12 de mayo de 2015

Hijos - Efectos del Rechazo en el Autoestima

EFECTOS DEL RECHAZO EN EL AUTOESTIMA

Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor
Efesios 6:4

Todo comienza en la infancia, algunos padres no se conforman con decir “no” cuando ellos hacen lo incorrecto, sino que agregan: “no, niño malo”, “no, niño bobo”, “no, niño perezoso”.  Así mismo, utilizan palabras diariamente como: malo, feo, estúpido, tonto, ridículo, torpe, distraído, con lo que reducen los sentimientos de dignidad del niño.  Frases como: “Nunca haces nada bien”, “Siento vergüenza de ti”, “Qué pasa contigo”, “¿Eres estúpido o qué?”, sumado a asustarlos, burlarse de ellos, decirles mentiras, contribuyen a la autoimagen negativa de un niño.

Los sentimientos negativos sólo producen una vida de autocastigo, recriminación contra sí mismo o autorrechazo, devaluando el concepto positivo que se tiene y llegando a pensar “no sirvo para nada” “nunca podré hacer a mis padres felices”.

Valores falsos que destruyen la autoestima

-          Belleza
-          Inteligencia

Otros factores

-          Deformidad física
-          Forma de vestir
-          Enfermedad

Cuando a los niños se les lastima emocionalmente cuando no son bellos, no son tan altos o no son tan inteligentes, los padres sufren con ellos.  La tarea de un padre es lograr es que ellos aprendan a funcionar adecuadamente a pesar de los problemas, no se trata de protegerlos, sino prepararos para que acepten situaciones inevitables y se eleven noblemente por encima de ellos.

Algunas razones por las que los padres rechazan a sus hijos

-          Padres jóvenes que aún no deseaban tener hijos
-          Padres que piensan que sus hijos arruinaron su matrimonio
-          Padres que piensan que sus hijos arruinaron su profesión
-          Desilusión producida por el sexo de su hijo
-       Por estadísticas se sabe que los hijos concebidos antes del matrimonio, con frecuencia son rechazados, ya que se constituyeron en la causa de una unión forzada y no en la consecuencia de una decisión bien pensada.
-          Cuando uno de los cónyuges ve en su hijo a alguien que le quita el cariño de su pareja.
-    Padres inmaduros que no están preparados ni dispuestos a enfrentar la responsabilidad de la paternidad.
-   Cuando prefieren mas a un hijo que a otro, o lo viven comparando con otros.

Síntomas del niño rechazado

-          El niño es indeciso por falta de habilidad
-          Es retraído, vive en mundo de fantasías
-          Exceso de agresividad, mordiscos, golpes, miente, roba, se produce daño a sí mismo y a los demás.
-          Llora con facilidad
-          Se moja en la cama, se come las uñas, tartamudea
-          Critica y juzga, culpa a otros de sus errores
-     Exceso de peso, ligado a hablar con voz débil e insegura, camina jorobado y le cuesta mirar fijamente a los ojos

En definitiva, como lo son todos los problemas tanto físicos como emocionales, siempre es mejor prevenir que lamentar.  Por ello la mejor forma de evitar que nuestros hijos sean victimas del rechazo y que les cause problemas en su autoestima, lo mejor es aplicar medicina preventiva. Reconozca sus errores y la manera en que ha tratado a su hijo, pídale perdón y empiece un proceso de fortalecimiento atendiendo a los puntos que a continuación le damos:

-          Brindarles afecto y seguridad
-          Reconocer e identificar cualquier tipo de rechazo hacía su hijo
-          Reconocer y corregir cualquier tipo de favoritismo entre los hijos
-          Pedir perdón a Dios y al hijo que ha sido afectado
-          Exprésele amor incondicional y afecto
-          Orar por el hijo bendiciéndole

Recordemos este Salmo que dice “Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa” tenemos una gran responsabilidad y formarlos bien es una tarea de todos los días, que exige sacrificio y entrega total.


Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.

lunes, 11 de mayo de 2015

Hijos - Fortaleciendo el Autoestima

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

FORTALECIENDO EL AUTOESTIMA

“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te amé”
Isaías 43:4


El concepto que manejamos de nosotros mismo determina nuestro éxito o fracaso en la vida, ya que la forma de percibirse a sí mismo afecta nuestra conducta y condiciona nuestras decisiones. Por ello, influye en el tipo de amistad que escojo, el rendimiento escolar y la elección de la carrera. La salud mental de los padres es determinante en el desarrollo del autoestima de los hijos, ya que el mayor problema al que se enfrentan, en cuanto a la crianza de los hijos, es la de transmitirle sus miedos y fracasos.

De alguna manera, nos encargamos de repetir nuestra en historia en los hijos, ya sea porque asumimos el mismo rol de nuestros padres, en cuanto a la manera de tratar y hablarle a los infantes; o porque, nos colocamos en el lado opuesto, recriminando con ésto la manera en que ellos nos educaron. En ambos extremos se producen los mismos resultados, porque lo único que garantiza esa independencia de pensamiento y la toma de buenas decisiones en los hijos es el equilibrio entre ser demasiado rigurosos o ser exageradamente permisivos. Es por eso que se repiten conductas en nuestros hijos: desde el bajo rendimiento escolar, rebeldía, pereza, malas amistades siendo niños, hasta infidelidad, adicciones, abortos, inestabilidad emocional, fracasos, cuando son jóvenes.

Cómo lograr no transmitir nuestros miedos, cómo llegar al equilibrio. La madurez emocional es vital, tener claro que somos responsables y no dueños también resulta contundente.  Entonces la autoestima se desarrolla más con la interacción diaria de un niño con sus padres que con otras personas. De esta manera el niño puede desarrollar sentimientos positivos o negativos acerca de su dignidad personal. Uno de los errores más comunes que se cometen en la crianza de los hijos es sobrevalorarlos, es decir utilizar expresiones como: “eres el mejor hijo del mundo”, “eres más inteligente de todos”, “eres el más bello”, esto provoca, según conclusiones de estudios realizados por los doctores Brad Brushman, psicólogo de la  Universidad de Ohio y Eddie Brummelman coinvestigador, que los hijos sean jóvenes y adultos narcisos, convirtiéndolos en pequeños reyes. (http://app.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/el-peligro-de-criar-ninos-narcisos/15720977).

Pero por otro lado está la subvaloración, logrando que el niño crezca con vacíos emocionales, sintiéndose que está por debajo de todos y que no merece tener cosas buenas en la vida. Cuando les lanzamos estas expresiones: “Eres un idiota”, “No sirves para nada”, “Que bruto eres”, “Nadie te va a querer”. Se genera un sentimiento de inseguridad y de subvaloración, que bloquea todo intento de superación y de desarrollo de habilidades físicas e intelectuales.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
La autoestima tiene que experimentarse, usted puede decirle a su hijo muy seguidamente “te quiero mucho” pero si el no siente su calor y aceptación, sus palabras no valen nada. Así muchos caen en el error de llenar de juguetes, ropa y dinero el corazón de sus hijos, como intentando compensar el tiempo que no les dan, el incumplimiento en las promesas, o simplemente porque es el único lenguaje que aprendieron para decirle a sus hijos que si les interesan. Debemos tener claro que existen tres sentimientos que los hijos captan y que a través de ellos efectúan la compresión de su dignidad personal:

-          El sentimiento de que es único
-          El sentimiento de forma parte de una familia
-          El sentimiento de ser amado

Características de una autoestima sana

Cómo saber si su hijo tiene una autoestima sana, pues deben hacer manifiesto estas características:

-          Se sienten a gustos con ellos mismos
-          Tienen confianza en sus habilidades
-          Se encuentran satisfechos en su vida y trabajo
-          Saben aceptar con altura sus fracasos, no se castigan por ello
-          Reconocen su valiosa contribución a la vida
-          Se sienten amados
-          Pueden amar a otros genuinamente
-          Pueden responder positivamente en su relación con otras personas
-          Aceptan su apariencia personal
-          Aceptan el valor de sus realizaciones sin tornarse vanidosos

Algo muy importante que debemos tener en cuenta es que la autoestima no se mide por los talentos, habilidades y capacidades que tengan.

Próximo Blog. Efecto del Rechazo en la Autoestima

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Hijos - El Niño y su Temperamento

EL NIÑO Y SU TEMPERAMENTO

Instruye al niño en el camino correcto,
y aun en su vejez no lo abandonará.
Proverbios 22:6

El temperamento está constituido por rasgos o tendencias heredadas, tanto de tipo físico como psicológico. Este temperamento es el resultado de rasgos congénitos que desde el subconsciente afectan el comportamiento.  Estos rasgos tienen que ver con nacionalidad, raza, sexo y otros factores hereditarios que son transmitidos por los padres a través de los genes. La inclinación hacía el mal está relacionada con las debilidades del temperamento de un niño y su deseo por el bien demuestra fortaleza en su temperamento.

El temperamento es lo que influye para que un niño sea más o menos activo, más o menos emotivo, más o menos rápido. El conocer a los hijos va a ayudar a criarlos y educarlos de una manera correcta, cuando desconocemos su temperamento los cohibimos tratando de exigirle comportamientos que no son propios de su temperamento, por ejemplo, un niño activo y bullicioso es difícil sentarlo a leer un libro, así que es mejor canalizar su energía en actividades que le ayuden en el aprendizaje.  A los dos años ya el niño hace manifiesto su temperamento que en realidad es la combinación de temperamentos.

Los temperamentos son cuatro: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.

El Niño sanguíneo es muy amigable, algunos padres lo tildan de irreverente, con mala educación o irrespetuoso con los adultos, la razón es menos que eso, solo le gusta hablar. Es curioso, le gusta jugar, imitar a otros,  estar rodeado de personas, por lo que para él es fácil establecer una amistad. El sanguíneo tiene toda la intención de obedecer y hacer lo que se le pide que haga, pero su curiosidad es más grande y lo lleva siempre a otro lado. Cuando se le castiga suele causar malestar en los adultos porque parece que no le importara la disciplina, solo la asimila rápidamente y lo convierte en el temperamento más luchador y que se sobrepone rápidamente a las dificultades. Es inteligente pero indisciplinado por eso no le va bien en el colegio, ya que tiene la habilidad pero no la disciplina. El alimento que nutre su vigor para seguir día a día es el reconocimiento y la aprobación de sus padres, necesita que le digan que le aman y que están orgullosos de él.

El niño colérico es independiente, desde niño intenta dominar la cuchara con la que le dan el alimento, hacer lo que otros niños de su edad no hacen, normalmente caminan antes que otros. La característica más visible es la fuerza con la que expresa sus emociones, algunos la confunden con ira y enojo (aunque suele ser débil en el control de esta emoción básica), porque precisamente la acompañan manifestaciones como el ceño fruncido,  voz alta y manoteos. Sin embargo pudiera ser este temperamento el más pacífico de todos ya que saca todo lo que tiene y siente de inmediato. Al niño colérico hay que definirle sus áreas de responsabilidad y liderazgo. Por ser un líder innato va intentar controlar a otros y manipularlos, sino se le definen bien sus principios y se le imponen limites puede hacer daño.

El niño melancólico tiene una mente brillante y la habilidad de ser bastante creativo; es pensador; sensible y artístico. Su sensibilidad es tan alta que se le lastima con facilidad; también puede sentirse inferior a otros, aunque tenga grandes talentos, es por ésta razón que tiende a ser perfeccionista.  El melancólico tiene la habilidad de cambiar de temperamento y en ocasiones, si esta enojado, suele ser agresivo, lo que podría confundirse con el comportamiento bipolar. Es soñador, sin embargo sino se le guía adecuadamente, puede terminar viviendo en un mundo de fantasía. Necesita de compañía siempre, de lo contrario crecerá siendo aburrido, pesimista y autocompasivo.

El niño flemático es el más fácil de criar, pues es callado, fácil de manejar y muy calmado. Se entretiene solo y con cualquier cosa. Suele ser lento en los procesos de crecimiento, pero no quiere decir que no sea inteligente, solo que no tiene prisa.  Generalmente come lento mientras organiza los alimentos en el plato. Una de las debilidades más notorias en el niño flemático es la falta de motivación, también tiende a ser tacaño y un poco egoísta. Se distrae fácilmente pues se concentra en una sola cosa a la vez y en
ocasiones deja de prestarle atención a lo que le dicen por estar pensando en otras.

En la medida en que se crece y desarrolla se hacen manifiesto dos, máximo tres temperamentos combinados, sin embargo llegada la juventud y la madurez, lograr establecerse en características, habilidades y fortalezas de dichos temperamentos y desechando las debilidades. Esto se logra con una buena educación y formación en principios y valores, además de manifestaciones de cariño y compañía. Los niños que no viven en estos ambientes suelen manifestar variaciones de temperamento haciendo más visibles las debilidades de cada uno. Es importante para los padres identificar el temperamento o los temperamentos presentes en sus hijos, de esta manera les darán el trato adecuado, ya sabemos que si a un niño sanguíneo se le disciplina llorará pero al poco tiempo estará jugando y corriendo como si nada hubiese pasado, pero si se le disciplina a un niño colérico podría mantenerse enojado por mucho tiempo.

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.