miércoles, 6 de mayo de 2015

Hijos - El Niño y su Temperamento

EL NIÑO Y SU TEMPERAMENTO

Instruye al niño en el camino correcto,
y aun en su vejez no lo abandonará.
Proverbios 22:6

El temperamento está constituido por rasgos o tendencias heredadas, tanto de tipo físico como psicológico. Este temperamento es el resultado de rasgos congénitos que desde el subconsciente afectan el comportamiento.  Estos rasgos tienen que ver con nacionalidad, raza, sexo y otros factores hereditarios que son transmitidos por los padres a través de los genes. La inclinación hacía el mal está relacionada con las debilidades del temperamento de un niño y su deseo por el bien demuestra fortaleza en su temperamento.

El temperamento es lo que influye para que un niño sea más o menos activo, más o menos emotivo, más o menos rápido. El conocer a los hijos va a ayudar a criarlos y educarlos de una manera correcta, cuando desconocemos su temperamento los cohibimos tratando de exigirle comportamientos que no son propios de su temperamento, por ejemplo, un niño activo y bullicioso es difícil sentarlo a leer un libro, así que es mejor canalizar su energía en actividades que le ayuden en el aprendizaje.  A los dos años ya el niño hace manifiesto su temperamento que en realidad es la combinación de temperamentos.

Los temperamentos son cuatro: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.

El Niño sanguíneo es muy amigable, algunos padres lo tildan de irreverente, con mala educación o irrespetuoso con los adultos, la razón es menos que eso, solo le gusta hablar. Es curioso, le gusta jugar, imitar a otros,  estar rodeado de personas, por lo que para él es fácil establecer una amistad. El sanguíneo tiene toda la intención de obedecer y hacer lo que se le pide que haga, pero su curiosidad es más grande y lo lleva siempre a otro lado. Cuando se le castiga suele causar malestar en los adultos porque parece que no le importara la disciplina, solo la asimila rápidamente y lo convierte en el temperamento más luchador y que se sobrepone rápidamente a las dificultades. Es inteligente pero indisciplinado por eso no le va bien en el colegio, ya que tiene la habilidad pero no la disciplina. El alimento que nutre su vigor para seguir día a día es el reconocimiento y la aprobación de sus padres, necesita que le digan que le aman y que están orgullosos de él.

El niño colérico es independiente, desde niño intenta dominar la cuchara con la que le dan el alimento, hacer lo que otros niños de su edad no hacen, normalmente caminan antes que otros. La característica más visible es la fuerza con la que expresa sus emociones, algunos la confunden con ira y enojo (aunque suele ser débil en el control de esta emoción básica), porque precisamente la acompañan manifestaciones como el ceño fruncido,  voz alta y manoteos. Sin embargo pudiera ser este temperamento el más pacífico de todos ya que saca todo lo que tiene y siente de inmediato. Al niño colérico hay que definirle sus áreas de responsabilidad y liderazgo. Por ser un líder innato va intentar controlar a otros y manipularlos, sino se le definen bien sus principios y se le imponen limites puede hacer daño.

El niño melancólico tiene una mente brillante y la habilidad de ser bastante creativo; es pensador; sensible y artístico. Su sensibilidad es tan alta que se le lastima con facilidad; también puede sentirse inferior a otros, aunque tenga grandes talentos, es por ésta razón que tiende a ser perfeccionista.  El melancólico tiene la habilidad de cambiar de temperamento y en ocasiones, si esta enojado, suele ser agresivo, lo que podría confundirse con el comportamiento bipolar. Es soñador, sin embargo sino se le guía adecuadamente, puede terminar viviendo en un mundo de fantasía. Necesita de compañía siempre, de lo contrario crecerá siendo aburrido, pesimista y autocompasivo.

El niño flemático es el más fácil de criar, pues es callado, fácil de manejar y muy calmado. Se entretiene solo y con cualquier cosa. Suele ser lento en los procesos de crecimiento, pero no quiere decir que no sea inteligente, solo que no tiene prisa.  Generalmente come lento mientras organiza los alimentos en el plato. Una de las debilidades más notorias en el niño flemático es la falta de motivación, también tiende a ser tacaño y un poco egoísta. Se distrae fácilmente pues se concentra en una sola cosa a la vez y en
ocasiones deja de prestarle atención a lo que le dicen por estar pensando en otras.

En la medida en que se crece y desarrolla se hacen manifiesto dos, máximo tres temperamentos combinados, sin embargo llegada la juventud y la madurez, lograr establecerse en características, habilidades y fortalezas de dichos temperamentos y desechando las debilidades. Esto se logra con una buena educación y formación en principios y valores, además de manifestaciones de cariño y compañía. Los niños que no viven en estos ambientes suelen manifestar variaciones de temperamento haciendo más visibles las debilidades de cada uno. Es importante para los padres identificar el temperamento o los temperamentos presentes en sus hijos, de esta manera les darán el trato adecuado, ya sabemos que si a un niño sanguíneo se le disciplina llorará pero al poco tiempo estará jugando y corriendo como si nada hubiese pasado, pero si se le disciplina a un niño colérico podría mantenerse enojado por mucho tiempo.

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999. 

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