lunes, 27 de julio de 2015

La Salud Mental en la Pareja - Parejas Saludables. Parte 2

PAREJAS SALUDABLES. PARTE 2


“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor”
                                                                                           La Preminencia del Amor

Características de las Parejas Saludables:

Forman hijos saludables
Los hijos son el reflejo de lo que somos, pues absorben todo del medio, son capaces de registrar nuestras variaciones emocionales más insignificantes, si hemos de sufrir hechos dolorosos que sobrepasen nuestra capacidad de aguante,  nos afectará y también a ellos,   Salvador (2014) dice que “las consecuencias del trauma no serán solo para quien lo vive, sino que afecta a las personas próximas, como la familia o amigos, distorsionando las relaciones y los recursos de la persona que lo sufre para manejarse en su vida y enfrentarse a otras situaciones”.  Las parejas saludables forman hijos saludables con las siguientes características:



Son equilibrados: exteriorizan sus emociones. Normalmente tiene pocas rabietas.
Son sociables: Son capaces de relacionarse con los que le rodean, con los mayores y con los niños de su edad. No presentan timidez excesiva, ni agresividad marcada, ni irritabilidad.
Presenta un desarrollo armónico: no se detienen en un período, van adquiriendo las características que corresponden a cada edad. Crecen en todos los aspectos físico, social, afectivo, intelectual y moral.
Tiene un buen rendimiento escolar: al existir un equilibrio psíquico, el niño aprende normalmente, no tiene trabas, ni bloqueos que impidan el aprendizaje.
Madura afectivamente: saben relacionarse, soportan las frustraciones que se le presentan. Aprenden a resolver situaciones conflictivas.
Adquiere hábitos progresivamente: aprenden a controlar esfínteres a su tiempo, sin mayor problema. Aprenden hábitos higiénicos para comer, hábitos sociales etc.
Desarrolla normalmente el lenguaje: aprenden a hablar a tiempo, no suelen tartamudear, se expresan correctamente.

Tienen buenos hábitos financieros
Cuando los procesos de formación no son sanos, se forman individuos con características que marcan su vida y lo condicionan a una forma de conducta que la mayoría de las veces termina mal. Los hijos irresponsables, a los que no se les enseño a valorar los recursos y esforzarse para obtener las cosas, se convierten en derrochadores, llevando esos malos hábitos a la vida de pareja y familiar.  Es por ello que se vuelven egoístas, no piensan en las necesidades de sus hijos y mucho menos en la de su cónyuge, se endeudan y constantemente se quejan por la situación financiera culpando a otros. Atender estas conductas con diligencia, resolviendo todo conflicto a tiempo y con buena voluntad, se podrán formar parejas saludables con las siguientes características:

Administran bien sus recursos: desarrollan gran capacidad de gestión y administración de sus finanzas
Viven bajo presupuesto: Llevan un registro de sus ingresos y gastos con priorización de sus necesidades básicas.
Son responsables en sus compromisos financieros: Cumplen con sus compromisos, procuran no endeudarse y si lo hacen por motivos de fuerza mayor, condicionan sus finanzas al pago pronto, siendo austeros y no teniendo gastos innecesarios.
Desarrollan el hábito de dar: Son dadivosos y agradecidos, siempre destinan rubros para compartir con familiares y amigos. Participan de obras sociales y espirituales sin prevenciones.  

Tienen una vida sexual sana
Consideran su cuerpo de propiedad exclusiva de su cónyuge, el Manual de vida enseña que el cuerpo de la mujer es del hombre y el del hombre es de la mujer, por tanto no deben negarse el uno al otro, en parejas con problemas prima el egoísmo, malinterpretan el principio exigiendo o negándose, no entendiendo que no hay mayores y mejores afrodisíacos que el amor, el deseo y la complicidad.  Así mismo se cuidan y se mantienen en buena forma para agradar a su cónyuge.  Tienen claro donde empieza y termina el cortejo, por eso se seducen desde la mañana, ya que, siempre que se den las condiciones, cualquier lugar de la casa puede ser propicio para el desenlace de la intimidad.

Las parejas tienen que ser conscientes de lo maravilloso que puede significar la vida conyugal y familiar si se dejan tratar en sus conflictos. La felicidad y la realización están dentro de la casa, en su cónyuge e hijos.  Todo lo que luchamos fuera, en el trabajo, no tiene ningún sentido si dentro de la casa no hay con quien compartir, sino no hay quien valore el esfuerzo.  Entenderse a sí mismo, aceptar sus faltantes y dejarse tratar es el camino que conduce a la felicidad.


Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

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