..."Que gobierne bien su
casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad"
(I Timoteo 3:4).
La
mentira es una de las conductas que más causa problemas en el desarrollo de las
relaciones interpersonales. Casi todos los adultos han mentido por lo menos una
vez, en el niño es igual, aunque en un principio no lo hacen de manera
intencional porque confunde la fantasía con la realidad, algunas de sus “mentiras”
son, simplemente, manifestaciones de su gran imaginación. Después de superar
esta etapa algunas de sus mentiras pueden ser intencionadas. Pero ¿por qué un
niño miente?
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Se
le castiga igualmente al decir la verdad. En la fase exploratoria y el en
desarrollo de la motricidad, los niños suelen ser torpes y no tienen cuidado al
tomar los objetos. Lo más probable es que rompa algo, al llegar el padre este
confiesa que él lo hizo, aun así recibe su castigo, la mayoría de las veces
porque el padre llega frustrado, cansado o le genero mucho malestar el saber
que se dañó algo de valor para él. Frente al castigo el niño genera estrategias
de protección y la próxima vez que suceda un accidente buscará otro culpable. Otra situación en la que se puede inducir al niño a que mienta, es cuando cuenta
algo que le paso de manera exagerada, por su mente cargada de imaginación, es
posible que cuente como se ganó una medalla mezclada con algo de fantasía, pero como él no se destacaba en dicha área, se
le acusa de haberse robado la medalla. Siempre antes de culpar o condenar por
un hecho a un niño hay que estar seguros de cómo sucedieron las cosas.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
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Porque
cree que al mentir se hace “superior”. Algunos niños, sino todos, se jactan de
contar hazañas que no han realizado, puesto que es producto de su imaginación.
Todo esto se da por el temor del niño a mostrar sus errores y sus debilidades a
otros niños. En este sentido se le debe guiar para que se acepte así mismo, y
se proyecte de manera autentica y que deje de usar la mentira para ganar
aceptación.
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Es
posible que sean los mismos padres los que enseñen al niño a mentir, porque han
implantado en él algún temor o frustración con su alta exigencia y
perfeccionismo. Miente de manera enfermiza evitando así las responsabilidades
por cumplir. Por ejemplo, el niño cuenta lo bien que le fue en el concurso de
pintura, cuando en realidad no hubo tal concurso, y lo que busca es impresionar
a los demás; o cuando dice haber hecho las tareas y la verdad es que está
atrasado y está evitando responsabilidades.
En lugar de atacar al niño por mentir, se deben atacar las ideas
irracionales que lo empujan a mentir. Es bueno que el niño sepa que no tiene
que ser el mejor estudiante del mundo para ganar la aprobación y el cariño de
sus padres. El niño debe cumplir sus responsabilidades, no por complacer a los
padres o maestros, sino por su propio bien y futuro.
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Los
padres pueden constituirse en ejemplo para ellos de que mentir es normal,
cuando les hacemos promesas y no cumplimos les enseñamos a mentir; cuando
evadimos nuestros compromisos y en nuestro lugar los enviamos a ellos a que
mientan por nosotros – “contesta y dile que no estoy” –; o cuando delante de
los profesores los excusamos diciendo que no hizo la tarea porque se sintió
mal, cuando en realidad no sucedió así y más bien no estuvimos pendiente de que
cumpliera con sus responsabilidades.
¿Cómo
afrontar con madurez las mentiras de los niños?
En
lugar de tomar una actitud moralista, condenándolo y castigándolo más y más, se
debe tratar de encontrar las causas de las mentiras, es decir, las
"suposiciones" o las "creencias erróneas" que lo empujan a
mentir.
Puede
ser que el niño "supone" o "piensa" que debe hacer las
cosas perfectamente bien y que siempre debe recibir elogios por su actuación.
También puede sentirse inseguro y "supone" que es incapaz de
enfrentar responsabilidades y delegaciones que se le hacen y miente para evitar
enfrentarse con lo que se le exige y se espera de él. En este caso, lo que el
niño necesita es que se le aliente y se le infunda seguridad en sí mismo.
Por
eso es importante sostener la crianza sobre un sistema de principios fundamentado
en verdades absolutas cuyos padres sean los primeros en seguir y cumplir a
cabalidad. Sin nosotros como padres fallamos no esperemos que ellos sean
perfectos, dejemos de lado la premisa de que cómo somos adultos y los padres, tenemos
derecho a mentir. Una vez más recordemos “lo que sembramos eso cosechamos”.
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista
de Familia
Bibliografía
TEOTERAPIA
PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera
Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.
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