lunes, 22 de junio de 2015

Padres - ¿Por qué miente un niño?

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
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¿POR QUÉ MIENTE UN NIÑO?


..."Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad"
(I Timoteo 3:4).


La mentira es una de las conductas que más causa problemas en el desarrollo de las relaciones interpersonales. Casi todos los adultos han mentido por lo menos una vez, en el niño es igual, aunque en un principio no lo hacen de manera intencional porque confunde la fantasía con la realidad, algunas de sus “mentiras” son, simplemente, manifestaciones de su gran imaginación. Después de superar esta etapa algunas de sus mentiras pueden ser intencionadas. Pero ¿por qué un niño miente?

-          Se le castiga igualmente al decir la verdad. En la fase exploratoria y el en desarrollo de la motricidad, los niños suelen ser torpes y no tienen cuidado al tomar los objetos. Lo más probable es que rompa algo, al llegar el padre este confiesa que él lo hizo, aun así recibe su castigo, la mayoría de las veces porque el padre llega frustrado, cansado o le genero mucho malestar el saber que se dañó algo de valor para él. Frente al castigo el niño genera estrategias de protección y la próxima vez que suceda un accidente buscará otro culpable. Otra situación en la que se puede inducir al niño a que mienta, es cuando cuenta algo que le paso de manera exagerada, por su mente cargada de imaginación, es posible que cuente como se ganó una medalla mezclada con algo de fantasía,  pero como él no se destacaba en dicha área, se le acusa de haberse robado la medalla. Siempre antes de culpar o condenar por un hecho a un niño hay que estar seguros de cómo sucedieron las cosas.
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-          Porque cree que al mentir se hace “superior”. Algunos niños, sino todos, se jactan de contar hazañas que no han realizado, puesto que es producto de su imaginación. Todo esto se da por el temor del niño a mostrar sus errores y sus debilidades a otros niños. En este sentido se le debe guiar para que se acepte así mismo, y se proyecte de manera autentica y que deje de usar la mentira para ganar aceptación.

-          Es posible que sean los mismos padres los que enseñen al niño a mentir, porque han implantado en él algún temor o frustración con su alta exigencia y perfeccionismo. Miente de manera enfermiza evitando así las responsabilidades por cumplir. Por ejemplo, el niño cuenta lo bien que le fue en el concurso de pintura, cuando en realidad no hubo tal concurso, y lo que busca es impresionar a los demás; o cuando dice haber hecho las tareas y la verdad es que está atrasado y está evitando responsabilidades.  En lugar de atacar al niño por mentir, se deben atacar las ideas irracionales que lo empujan a mentir. Es bueno que el niño sepa que no tiene que ser el mejor estudiante del mundo para ganar la aprobación y el cariño de sus padres. El niño debe cumplir sus responsabilidades, no por complacer a los padres o maestros, sino por su propio bien y futuro.

-          Los padres pueden constituirse en ejemplo para ellos de que mentir es normal, cuando les hacemos promesas y no cumplimos les enseñamos a mentir; cuando evadimos nuestros compromisos y en nuestro lugar los enviamos a ellos a que mientan por nosotros – “contesta y dile que no estoy” –; o cuando delante de los profesores los excusamos diciendo que no hizo la tarea porque se sintió mal, cuando en realidad no sucedió así y más bien no estuvimos pendiente de que cumpliera con sus responsabilidades.

¿Cómo afrontar con madurez las mentiras de los niños?

En lugar de tomar una actitud moralista, condenándolo y castigándolo más y más, se debe tratar de encontrar las causas de las mentiras, es decir, las "suposiciones" o las "creencias erróneas" que lo empujan a mentir.

Puede ser que el niño "supone" o "piensa" que debe hacer las cosas perfectamente bien y que siempre debe recibir elogios por su actuación. También puede sentirse inseguro y "supone" que es incapaz de enfrentar responsabilidades y delegaciones que se le hacen y miente para evitar enfrentarse con lo que se le exige y se espera de él. En este caso, lo que el niño necesita es que se le aliente y se le infunda seguridad en sí mismo.

Por eso es importante sostener la crianza sobre un sistema de principios fundamentado en verdades absolutas cuyos padres sean los primeros en seguir y cumplir a cabalidad. Sin nosotros como padres fallamos no esperemos que ellos sean perfectos, dejemos de lado la premisa de que cómo somos adultos y los padres, tenemos derecho a mentir. Una vez más recordemos “lo que sembramos eso cosechamos”.   

NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.

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