jueves, 18 de junio de 2015

Padres - La Vida Escolar

LA VIDA ESCOLAR


"Cuando la sabiduría entrare a tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; te preservará la inteligencia".
(Proverbios 2:10-11)


La edad escolar es una de las etapas más importantes del desarrollo social e intelectual del niño, sin embargo se tiene que tener una visión clara de lo que significa la escuela para ellos, ya que muchos padres delegan toda la responsabilidad de este desarrollo y adaptación a la vida social, a los maestros y a la misma institución. En esto tenemos que ser claros: la primera escuela es el hogar, por tanto la responsabilidad de la adaptación a la vida escolar y el desarrollo intelectual del niño es de los padres; y la escuela y los profesores nuestro mejor apoyo. La experiencia de la escuela es fundamental por varias razones:

1.    El niño entra en un ambiente en el que tiene que ganarse el afecto mientras en su casa se lo daban sin hacer nada para conseguirlo.
2.    Va a ser uno de los tantos alumnos, y no “El rey de la casa”
3.    Un adulto, que no es de su familia, el maestro, va a tener un papel fundamental en su vida.

El ambiente escolar es el más propicio para que el niño expanda su mundo interior y que le permite abrirse al mundo exterior, esto le sirve para satisfacer su curiosidad y le ayuda a querer crecer.

Otro aspecto importante es el cambio de personas que rodean al niño. Hasta entonces vivía rodeado de adultos, de los que dependía, y siempre lo sobrepasaban. A partir de este momento, vivirá entre sus iguales, y podrá compararse con ellos, superándoles unas veces y siendo superado en otras. Su mayor preocupación son sus amigos, entre ellos aprende a vencer el egocentrismo en el que había vivido hasta entonces, aprende a conquistar el afecto del otro, cediendo algo de lo propio.

La vida escolar se caracteriza por una necesidad manifiesta de asociarse con otros niños y realizar actividades en grupo. Comprueba perfectamente que no es el centro del mundo; mide mejor la distancia que le separa del adulto y se refugia entre sus iguales, donde halla muchas más ocasiones de mostrarse grande y de ser aceptado como tal.

El crecimiento se da en dos formas: por un lado, muestras rasgos característicos de independencia, pues ya empieza a defenderse por sí mismo, sin la ayuda de un adulto. Por otro lado, busca dependencia social, porque intenta llamar la atención de sus pares, tratando de imponer sus condiciones de todas formas, la más visible la terquedad.

Una adecuada estimulación en el hogar
Los padres pueden desarrollar al niño en su máximo potencial intelectual, rodeándole de estímulos adecuados, sobre todo en los primeros 18 meses.

¿Cómo?

-          Hablarle al niño constantemente.
-          Fortalecer la comunicación familiar.
-          Contestar a todas sus preguntas.
-       Atenderles cuando interrumpen con sus inquietudes; evitar las frases: "no me molestes", "estoy ocupado".
-       Proveerle de un ambiente estimulante: juguetes, y experiencias novedosas.

Los estudios investigativos demuestran la alta correlación que existe entre el aspecto cultural del hogar, la comunidad y el rendimiento escolar. Los niños que tienen experiencia con libros, televisión, viajes, revistas y buena comunicación en el hogar, poseen un potencial mayor para captar y aprender.

Crearles el ambiente adecuado en casa les ayuda a adaptarse mejor a la escuela. Un niño motivado es un niño dispuesto a aprender, a desarrollarse intelectualmente. Aprovechemos que su pequeño cerebro es una esponja seca en medio de información húmeda, de la cual absorben todo conocimiento. Tengamos la precaución de que capten lo bueno y lo que es provechoso para su vida, lo que sembremos en ellos, eso mismo segaremos.  


Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

Bibliografía

TEOTERAPIA PARA PADRES, Lo que todo padre debe saber de su hijo. Tomo 1. El Niño. Tercera Edición. Editorial FAID, CEPC. Bogotá, Colombia. 1999.

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