LAS
RELACIONES CONYUGALES Y LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
“Y ustedes,
padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e
instrucción del Señor”
Efesios
6:4

La edad y la salud mental de los padres es
fundamental para lograr una buena educación en los hijos, no solo porque se
adquiere responsabilidad frente al compromiso conyugal y a la paternidad, sino
también, porque son ejemplos en sí mismos de estabilidad lo que forma hijos
seguros y llenos de confianza. El clima afectivo que se vive en el hogar es
definitivo para el desarrollo del niño ya que éste percibe todas las
variaciones emocionales que ocurren en el medio familiar. Hay que recordar que
el niño aprende más por lo que ve y siente que por lo que se dice. El niño va
tomando como ejemplo las diferentes reacciones que se manifiestan frente a las
circunstancias y va formando en su mente patrones de conducta, esquema de
valores, ideas y maneras de pensar y actuar. Por eso los hijos son un reflejo
de lo que somos y pensamos, rechazarlos a ellos es rechazarnos a nosotros
mismos.
En las primeras etapas (0-2 años) los niños buscan
conocer el mundo que les rodea a través del desarrollo sensorio motriz, en esta
etapa distingue medios y fines (intencionalidad), y establecen relaciones entre
objetos y acciones (Etapas del desarrollo
intelectual de J. Piaget). Esto nos da a entender que en esta etapa los
niños no logran entender los mensajes verbales, por ejemplo si el niño llora y
usted le dice ¡cállate! no lo va a hacer, si usted le da un juguete o le da de
comer, el niño aprende que el medio (llorar) lo llevo a un fin (comida), esto
queda grabado en su mente, así que si usted no está emocionalmente maduro el
niño utilizara este conocimiento para manipularlo. La disciplina suele ser un
correctivo que solo es eficaz en parejas maduras, porque educa al niño para que
su relación con los padres se de en función del amor y la obediencia. ¿El por qué tenemos hoy tantos hijos rebeldes e
incontrolables?, ¿el por qué dan tantas muestras de emociones extremas?, se debe más
que nada, a la mala salud mental con la que los padres enfrentan hoy los desafíos
de la crianza de sus hijos sin estar preparados.
La recomendación es: para los jóvenes enamorados
que hay una edad para cada paso de las relaciones, las relaciones sexuales en
una edad no propicia termina aportando a las cifras estadísticas de
madresolterismo, hijos abandonados, violencia intrafamiliar, mala salud mental,
suicidios y pobreza. El manual de vida
nos anima a dar este paso solo cuando veamos que se ha llegado a la madurez
emocional y se ha adquirido responsabilidad frente al desafío que la vida de
pareja exige, en este sentido Dios nos dará su bendición.
Para los matrimonios que están proceso, siempre la
ayuda profesional idónea será la mejor forma de afrontar la situación y aplicar
medicina curativa. Las asesorías
espirituales ayudan más rápidamente a entender el propósito de Dios y ajustarse
a los roles que el mismo ha establecido, esto porque el amor que nos hace
sensibles a la necesidad del otro no es humano sino divino. Nadie da de lo que
no ha recibido y recibir el incondicional amor de Dios es el mejor inicio para
sanar, mejorar las relaciones conyugales y brindarles una mejor educación a los
hijos.
Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia