martes, 10 de noviembre de 2015

Resilientes - Salados

SALADOS

“¡Cómo quisiera que mi angustia se pesara y se pusiera en la balanza, junto con mi desgracia!”
                                                      Job 6:2

La expresión “estoy salado” es comúnmente usada entre las personas que experimentan adversidades muy seguidas, o aquellas que esperan el resultado de un negocio y la respuesta es negativa, también en aquellos que llevan años buscando trabajo y no lo consiguen.  La expresión que hace parte de la jerga común de varios países de Latinoamérica está asociada a situaciones catastróficas o a la mala suerte.  Este adjetivo viene de la palabra sal que viene del latín salis y el término aplicado a la asepsia viene de salus que era la diosa romana de la salud.  Pero la expresión “estar salado” empezó a ser usada durante el imperio romano, los cuales para castigar a los pueblos que no cumplían con sus obligaciones tributarias, echaban sal a los cultivos y las tierras quedaban estériles, el término comenzó a ser aplicado a toda situación en la que no se veían resultados.  En cambio, en España, por ejemplo el término está relacionado con algo gracioso, a alguien avispado, a las chicas chispeantes.

En la biblia se usa la expresión como parte de las enseñanzas de Jesús para designar aquello que es bueno para la vida, él le decía a sus discípulos “ustedes son la sal del mundo” dando entender que así como la sal da sabor a la comida a si mismo ellos le darían el sabor al mundo, básicamente le darían sentido a la vida. En realidad, aquello que nos resulta insípido no tiene sentido, ya que lo verdaderamente interesante es aquello que le da sabor a la vida. Todos quisiéramos evitar las desgracias es decir no ser “tan salados” pero las adversidades tienen un propósito: mostrar algo que está oculto en nosotros, nadie sabe de lo que es capaz hasta que se encuentra con un problema y el ser, integralmente, se ve obligado a  reaccionar para defenderse y salir de la circunstancia difícil.  

La adversidad nos lleva a auto-examinarnos
Observemos lo que sucede en nuestro cuerpo, ¿cómo nos enteramos que hay algo malo funcionando en nuestro organismo?, pues por el dolor, sin el seriamos afectados seriamente. ¿Se ha preguntado por qué le van tan mal económicamente? ¿Por qué el amor le ha sido tan esquivo? Cuando una adversidad llega es realmente un llamado a descubrir en nosotros que estamos haciendo mal. Debemos estar alertas para revisar constantemente nuestras actitudes y conductas.

La adversidad vence la soberbia
Un requisito indispensable para disfrutar de las buenas dadivas que Dios da y que se manifiestan a través de los resultados positivos, es la humildad.  Usted pensará que las personas altivas y soberbias obtienen  más cosas rápidamente pero ¿a qué costo?, no pensemos solo en el bien económico, es posible conseguir riquezas a base de actitudes egoístas pero no se disfrutan en paz. Sería mejor conseguirlas y disfrutarlas con la tranquilidad que produce un espíritu humilde y sencillo. Una de las formas de como la vida doblega la altivez y el orgullo son las adversidades.    

La adversidad es una señal para reevaluar prioridades
Otro propósito que tienen las adversidades es mostrarnos que tan ordenada es nuestra vida, el establecer prioridades con inteligencia nos permite disfrutar de una vida organizada y alejada de malos ratos y fracasos escandalosos. Puede ser que la razón de nuestros descalabros financieros sea que no estamos priorizando los gastos en los conceptos más importantes sino en los que dan satisfacción a nuestras emociones y pasiones. Si no prioriza tiempo para sus hijos, para su esposo(a) no espere tenerlos conformes y dispuestos todo el tiempo.

La Adversidad selecciona nuestras amistades
Una adversidad siempre prueba cuantos de aquellos que usted considera amigos se preocupan más por recibir que dar.  Piense cuantos amigos le han acompañado en todo momento, bueno o malo.  El dinero y el bienestar atraen a la gente, no piense que todos ellos se acercan, por su carisma y porque con sinceridad anhelan estar con usted, seleccione bien sus amistades, piense en todos aquellos que de verdad se merecen compartir las bendiciones y prosperidad que usted recibe de parte de Dios, porque cuando lleguen los momentos difíciles encontrará una mano donde apoyarse.   

Atender estos consejos y apreciar el valor de las adversidades le dará sabor a su vida, crecerá y se evitara tropezarse con la misma piedra, esto será de beneficio para usted y para su familia, recuerde que los diamantes son pulidos con los mismos diamantes, una dura adversidad puede producir mucho dolor pero también sacara brillo y el diamante que llevamos por dentro, así que de ahora adelante cuando al alguien le diga que esta “salado” no piensa que está acabado, sino más bien que Dios le está dando sabor a su vida y será capaz, con Su ayuda,  de vencerla.

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia

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