SALADOS
“¡Cómo
quisiera que mi angustia se pesara y se pusiera en la balanza, junto con mi
desgracia!”
Job 6:2
La
expresión “estoy salado” es comúnmente usada entre las personas que
experimentan adversidades muy seguidas, o aquellas que esperan el resultado de
un negocio y la respuesta es negativa, también en aquellos que llevan años
buscando trabajo y no lo consiguen. La expresión
que hace parte de la jerga común de varios países de Latinoamérica está
asociada a situaciones catastróficas o a la mala suerte. Este adjetivo viene de la palabra sal que
viene del latín salis y el término
aplicado a la asepsia viene de salus que
era la diosa romana de la salud. Pero la
expresión “estar salado” empezó a ser usada durante el imperio romano, los
cuales para castigar a los pueblos que no cumplían con sus obligaciones
tributarias, echaban sal a los cultivos y las tierras quedaban estériles, el término
comenzó a ser aplicado a toda situación en la que no se veían resultados. En cambio, en España, por ejemplo el término está
relacionado con algo gracioso, a alguien avispado, a las chicas chispeantes.
En
la biblia se usa la expresión como parte de las enseñanzas de Jesús para
designar aquello que es bueno para la vida, él le decía a sus discípulos “ustedes
son la sal del mundo” dando entender que así como la sal da sabor a la comida a
si mismo ellos le darían el sabor al mundo, básicamente le darían sentido a la
vida. En realidad, aquello que nos resulta insípido no tiene sentido, ya que lo
verdaderamente interesante es aquello que le da sabor a la vida. Todos quisiéramos
evitar las desgracias es decir no ser “tan salados” pero las adversidades
tienen un propósito: mostrar algo que está oculto en nosotros, nadie sabe de lo
que es capaz hasta que se encuentra con un problema y el ser, integralmente, se
ve obligado a reaccionar para defenderse
y salir de la circunstancia difícil.
La adversidad
nos lleva a auto-examinarnos
Observemos
lo que sucede en nuestro cuerpo, ¿cómo nos enteramos que hay algo malo
funcionando en nuestro organismo?, pues por el dolor, sin el seriamos afectados
seriamente. ¿Se ha preguntado por qué le van tan mal económicamente? ¿Por qué
el amor le ha sido tan esquivo? Cuando una adversidad llega es realmente un llamado
a descubrir en nosotros que estamos haciendo mal. Debemos estar alertas para
revisar constantemente nuestras actitudes y conductas.
La adversidad
vence la soberbia
Un
requisito indispensable para disfrutar de las buenas dadivas que Dios da y que
se manifiestan a través de los resultados positivos, es la humildad. Usted pensará que las personas altivas y
soberbias obtienen más cosas rápidamente
pero ¿a qué costo?, no pensemos solo en el bien económico, es posible conseguir
riquezas a base de actitudes egoístas pero no se disfrutan en paz. Sería mejor
conseguirlas y disfrutarlas con la tranquilidad que produce un espíritu humilde
y sencillo. Una de las formas de como la vida doblega la altivez y el orgullo
son las adversidades.
La adversidad
es una señal para reevaluar prioridades
Otro
propósito que tienen las adversidades es mostrarnos que tan ordenada es nuestra
vida, el establecer prioridades con inteligencia nos permite disfrutar de una
vida organizada y alejada de malos ratos y fracasos escandalosos. Puede ser que
la razón de nuestros descalabros financieros sea que no estamos priorizando los
gastos en los conceptos más importantes sino en los que dan satisfacción a nuestras
emociones y pasiones. Si no prioriza tiempo para sus hijos, para su esposo(a)
no espere tenerlos conformes y dispuestos todo el tiempo.
La Adversidad selecciona
nuestras amistades
Una
adversidad siempre prueba cuantos de aquellos que usted considera amigos se
preocupan más por recibir que dar.
Piense cuantos amigos le han acompañado en todo momento, bueno o
malo. El dinero y el bienestar atraen a
la gente, no piense que todos ellos se acercan, por su carisma y porque con
sinceridad anhelan estar con usted, seleccione bien sus amistades, piense en
todos aquellos que de verdad se merecen compartir las bendiciones y prosperidad
que usted recibe de parte de Dios, porque cuando lleguen los momentos difíciles
encontrará una mano donde apoyarse.
Atender
estos consejos y apreciar el valor de las adversidades le dará sabor a su vida,
crecerá y se evitara tropezarse con la misma piedra, esto será de beneficio
para usted y para su familia, recuerde que los diamantes son pulidos con los
mismos diamantes, una dura adversidad puede producir mucho dolor pero también sacara
brillo y el diamante que llevamos por dentro, así que de ahora adelante cuando
al alguien le diga que esta “salado” no piensa que está acabado, sino más bien
que Dios le está dando sabor a su vida y será capaz, con Su ayuda, de vencerla.
Por
Edgardo
Buelvas Arrieta
Terapista de Familia