“No corregir al hijo es no
quererlo; amarlo es disciplinarlo.”
Proverbios 13:24
Cuando
un niño pequeño toma algún objeto, estando de visita con los padres, en casa de
amigos y familiares, realmente no lo hace de manera premeditada, sólo se ve divirtiéndose
con el juguete, porque le llama la atención la forma, el color, etc., de esta
manera puede tomar la decisión de llevárselo a su casa (para horror de sus
padres) sin la intención de hacer daño, ya que no tiene estas asociaciones
mentales establecidas, respecto, por ejemplo, de la propiedad del artículo,
tampoco tiene un concepto claro de si es bueno o malo tomarlo, sólo quiere jugar con él. En este sentido se debe aprovechar la
situación para comenzar a promover en el niño los principios y valores, y para
que el comienza a establecer las asociaciones correctas de pertenencia o
propiedad.
En
los niños más grandes, el robo puede tener varias causas:
NUEVO DOMINIO TERAPIA DE FAMILIA
- El robo representa a veces una manera de levantar el ego infantil; se sienten superiores cuando "se salen con la suya" por haberse robado alguna cosa. Con esto quieren impresionar a sus amigos o ganar la aprobación y amistad de sus compañeros, regalándoles cosas robadas.
- El niño también puede robar por necesidades reales, o puede ser incitado por el grupo de amigos para quienes robar es lo habitual.
- Un niño incitado a robar por la presión de grupo aprovecha el caso de una madre descuidada que deja dinero en cualquier parte de la casa, lo cual es una continua tentación, porque él sabe que ella nunca se daría cuenta de lo que falta.
- Pero también se da el caso del niño que roba insistentemente para cubrir algún sentimiento negativo sobre sí mismo. Es bueno tratar de descubrir si en el niño hay un fuerte sentimiento de injusticia; tal vez se siente deprimido porque piensa que se le debería tratar mejor y que el mundo es un lugar injusto porque no tiene todo lo que desea.
¿Cómo actuar frente a este
hecho?
Los
padres deben tener una actitud de desaprobación de los hechos y empezar un
proceso de formación, no pueden justificar el robo tratando de salvaguardar la
imagen o de restaurarla, ya que eso trasmitirá un mensaje de aprobación y de
respaldo o complicidad en los sucesos. Se debe conducir al niño al arrepentimiento,
a pedir perdón y restituir. Por otro lado los padres deben orientar a su hijo a
no enfocarse en las carencias sino en lo que ya tienen, y que hay momentos en
los que no se puede tener lo que se desea, ni obtener todo cuanto queramos, que
hay que tener paciencia y luchar para tener lo que anhelamos. Eso sí, al igual
que en los pequeños, se debe aprovechar para enseñar respeto por las
pertenencias ajenas y dejar claro lo que acarrea esta conducta si persiste en
ellas.
Si
los robos del niño significan que quiere algo diferente a los objetos que toma,
puede ser porque tal vez esté buscando más atención de la que recibe, o anhela
sobresalir en algo para reafirmar su valía y aceptación. En este caso, lo que
el niño necesita es que se le reafirme con palabras y con hechos el cariño que
se le tiene, escuchándole, e interesándose por sus cosas.
Cualquiera
que sea la causa por la cual el niño roba, no se le puede condenar por su
comportamiento, pues el objetivo no es deshacerse del síntoma del robo, sino de
su causa.

Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista
de Familia
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