martes, 18 de agosto de 2015

Finanzas Familiares - Esclavos Financieros

ESCLAVOS FINANCIEROS

“… los deudores son esclavos de sus acreedores”
                                                                                 Proverbios 22:7b

Hasta hace poco la esclavitud financiera significaba eso, esclavitud física. En tiempos antes del derecho romano, la pena por el incumplimiento en las deudas conducía a la pérdida del derecho de la libertad del deudor y su grupo familiar pasaba a ser propiedad del prestamista. En los primeros años del Derecho Romano se introdujo la figura de Apremio individual en la que el deudor que incumplía era sometido corporalmente por el prestamista  colocándose a su disposición hasta que, a través del fruto de su trabajo, se pusiera el día con lo pactado. Luego surgió la fiducia y también la prenda.

La esclavitud física dejo de existir, pero en su lugar quedo una igualmente preocupante la esclavitud mental, cientos de familias son destruidas por preocupaciones financieras, las presiones que ejercen las deudas producen descontrol que da lugar a las alteraciones psicológicas que desestabilizan la armonía en la familia. Pero el tema de la esclavitud no se da sólo por la falta de dinero, también se da por la abundancia, ya que se genera una dependencia y actitudes malsanas que terminan generando angustia mental por el temor a perderlo. Los esclavos financieros se forman en el ámbito familiar, cuando los padres son indisciplinados en el manejo del dinero, se crea una conducta equivocada y una visión errónea de lo que significa y cómo se debe manejar, los hijos replican los malos hábitos convirtiéndolos en potenciales esclavos financieros.

La razón por la que se utiliza el término esclavitud es porque las personas pierden la libertad de manejar organizadamente sus finanzas, pero sobretodo porque su condicionan psicológica no les permite asumir con tranquilidad las situaciones de la vida. Así, cuando el dinero falta o abunda, la persona se desestabiliza emocionalmente. Sobre esta condición son presos de sus impulsos porque pierden la voluntad y el dominio propio. Hace algún tiempo converse con una persona cercana quien me conto que tenía un serio problema de deudas y no sabía en qué momento había pasado esto, en Colombia, en algunas regiones, (seguro que en otros países sucederá igual) para salir de un “apuro” de dinero se utiliza un prestamista, el cual acredita una pequeña cantidades de dinero con intereses diarios altos, del 15 al 20%, así este acreedor o “PagaDiario” pasa todos los días por su renta, el cual el deudor debe tener a la mano para cancelar, aunque son montos pequeños, es posible que un pequeño comerciante pueda responder, pero cuando no se perciben ingresos diarios, la situación se vuelve agobiante,  y si de por si lidiar con uno es desesperante, se imaginan 32 o más.  Pues esta persona tenía 32 paga-diarios que lo acosaban mañana, tarde y noche.  Con una buena actitud y disposición, y siguiendo consejos pudo salir en pocos meses de todos.  Era tanto el desespero por prestar – me comenta el amigo – que muchas veces firmaba las tarjetas por el valor que le decían y recibía solo una pequeña cantidad, así la deuda se elevaba en 200 o 300%.  Ya no se trataba entonces de cubrir necesidades sino de una condición psicológica en la cual la persona se vuelve esclava, verdaderamente, del dinero.    

Estas podrían ser algunas causas de la esclavitud financiera, entre otras:

El abuso del crédito
Una deuda se origina cuando se pide prestado o se adquieren servicios que superan la capacidad de ingresos. La razón por la cual se abusa es por la falta de disciplina ya sea porque no se tiene el hábito de ahorrar y esperar con paciencia para tener lo deseado o porque no se puede resistir o no se tiene la capacidad de negarse a sí mismo el deseo de adquirir algo.  Podemos tener obligaciones que son básicamente todos los compromisos que entran dentro del presupuesto y no superan la capacidad de ingreso.

Intereses egoístas
Nacen de conductas malsanas las cuales generan codicia, por ejemplo, ésta se define como el deseo desmedido e incontrolable de tener aquello que otra persona posee, y que puede llevar a la otra persona a asumir comportamientos dañinos para quien se interponga en su propósito. Otro ejemplo puede ser la avaricia, que es el deseo de acumular más de lo que se tiene exponiendo incluso su propia salud y a su familia.

Libres al fin
Salir de la esclavitud financiera requiere, en primer lugar, tener un compromiso serio y tomar la decisión que nos lleve a dejar de lado los malos hábitos, San Pablo decía “se vivir en la abundancia y también en la escases”, básicamente significa que nuestra estabilidad emocional no se afecte si falta o abunda el dinero.  Antes que nada debemos sacar de nuestro corazón todas nuestras posesiones, no se trata, de vivir una vida de necesidades, sino de libertad, en la que no dependamos del dinero, sino de los principios de bondad que Dios nos enseña, para ello debemos aceptar que el dinero no es un fin sino un medio para alcanzar la felicidad y la armonía de familia.

En segundo lugar, salir de deudas, para ellos debemos ajustar nuestro presupuesto, se requiere una voluntad firme para sacrificar aquellos gastos que no estén dentro de nuestras necesidades básicas, establecer un plan de compras de alimentos que garantice ahorro, comprar ropa de buena calidad, y hacerlo en periodos de tiempo considerables. Regular el consumo energía eléctrica y agua.  Todo aquello que implique ahorro es bienvenido. Los excedentes ayudaran a cubrir las deudas. Evite abrir un “hueco” para tapar otro. Hable con sus acreedores, no se esconda, pacte con ellos planes de pagos que se ajusten a su condición.

Existe suficiente material en la red y otro tanto mucho más confiable en la Biblia, la cual se constituye en un compendio de administración financiera, solo se necesita una buena actitud y el deseo ferviente de ser libres para descubrirlo y vivir tranquilos y prósperos.



Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista de Familia


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