ESCLAVOS FINANCIEROS
“…
los deudores son esclavos de sus acreedores”
Proverbios
22:7b
Hasta
hace poco la esclavitud financiera significaba eso, esclavitud física. En
tiempos antes del derecho romano, la pena por el incumplimiento en las deudas conducía
a la pérdida del derecho de la libertad del deudor y su grupo familiar pasaba a
ser propiedad del prestamista. En los primeros años del Derecho Romano se
introdujo la figura de Apremio individual en la que el deudor que incumplía era
sometido corporalmente por el prestamista colocándose a su disposición hasta que, a
través del fruto de su trabajo, se pusiera el día con lo pactado. Luego surgió
la fiducia y también la prenda.
La
esclavitud física dejo de existir, pero en su lugar quedo una igualmente
preocupante la esclavitud mental, cientos de familias son destruidas por
preocupaciones financieras, las presiones que ejercen las deudas producen
descontrol que da lugar a las alteraciones psicológicas que desestabilizan la
armonía en la familia. Pero el tema de la esclavitud no se da sólo por la falta
de dinero, también se da por la abundancia, ya que se genera una dependencia y
actitudes malsanas que terminan generando angustia mental por el temor a
perderlo. Los esclavos financieros se forman en el ámbito familiar, cuando los
padres son indisciplinados en el manejo del dinero, se crea una conducta
equivocada y una visión errónea de lo que significa y cómo se debe manejar, los
hijos replican los malos hábitos convirtiéndolos en potenciales esclavos
financieros.
La
razón por la que se utiliza el término esclavitud es porque las personas
pierden la libertad de manejar organizadamente sus finanzas, pero sobretodo
porque su condicionan psicológica no les permite asumir con tranquilidad las
situaciones de la vida. Así, cuando el dinero falta o abunda, la persona se desestabiliza
emocionalmente. Sobre esta condición son presos de sus impulsos porque pierden
la voluntad y el dominio propio. Hace algún tiempo converse con una persona
cercana quien me conto que tenía un serio problema de deudas y no sabía en qué
momento había pasado esto, en Colombia, en algunas regiones, (seguro que en
otros países sucederá igual) para salir de un “apuro” de dinero se utiliza un
prestamista, el cual acredita una pequeña cantidades de dinero con intereses
diarios altos, del 15 al 20%, así este acreedor o “PagaDiario” pasa todos los días
por su renta, el cual el deudor debe tener a la mano para cancelar, aunque son
montos pequeños, es posible que un pequeño comerciante pueda responder, pero
cuando no se perciben ingresos diarios, la situación se vuelve agobiante, y si de por si lidiar con uno es
desesperante, se imaginan 32 o más. Pues
esta persona tenía 32 paga-diarios que lo acosaban mañana, tarde y noche. Con una buena actitud y disposición, y
siguiendo consejos pudo salir en pocos meses de todos. Era tanto el desespero por prestar – me comenta
el amigo – que muchas veces firmaba las tarjetas por el valor que le decían y recibía
solo una pequeña cantidad, así la deuda se elevaba en 200 o 300%. Ya no se trataba entonces de cubrir
necesidades sino de una condición psicológica en la cual la persona se vuelve
esclava, verdaderamente, del dinero.
Estas
podrían ser algunas causas de la esclavitud financiera, entre otras:
El
abuso del crédito
Una
deuda se origina cuando se pide prestado o se adquieren servicios que superan
la capacidad de ingresos. La razón por la cual se abusa es por la falta de
disciplina ya sea porque no se tiene el hábito de ahorrar y esperar con
paciencia para tener lo deseado o porque no se puede resistir o no se tiene la
capacidad de negarse a sí mismo el deseo de adquirir algo. Podemos tener obligaciones que son básicamente
todos los compromisos que entran dentro del presupuesto y no superan la
capacidad de ingreso.
Intereses
egoístas
Nacen
de conductas malsanas las cuales generan codicia, por ejemplo, ésta se define
como el deseo desmedido e incontrolable de tener aquello que otra persona posee,
y que puede llevar a la otra persona a asumir comportamientos dañinos para
quien se interponga en su propósito. Otro ejemplo puede ser la avaricia, que es
el deseo de acumular más de lo que se tiene exponiendo incluso su propia salud
y a su familia.
Libres al fin
Salir
de la esclavitud financiera requiere, en primer lugar, tener un compromiso serio
y tomar la decisión que nos lleve a dejar de lado los malos hábitos, San Pablo
decía “se vivir en la abundancia y también en la escases”, básicamente significa
que nuestra estabilidad emocional no se afecte si falta o abunda el dinero. Antes que nada debemos sacar de nuestro corazón
todas nuestras posesiones, no se trata, de vivir una vida de necesidades, sino
de libertad, en la que no dependamos del dinero, sino de los principios de
bondad que Dios nos enseña, para ello debemos aceptar que el dinero no es un
fin sino un medio para alcanzar la felicidad y la armonía de familia.
En
segundo lugar, salir de deudas, para ellos debemos ajustar nuestro presupuesto,
se requiere una voluntad firme para sacrificar aquellos gastos que no estén dentro
de nuestras necesidades básicas, establecer un plan de compras de alimentos que
garantice ahorro, comprar ropa de buena calidad, y hacerlo en periodos de
tiempo considerables. Regular el consumo energía eléctrica y agua. Todo aquello que implique ahorro es
bienvenido. Los excedentes ayudaran a cubrir las deudas. Evite abrir un “hueco”
para tapar otro. Hable con sus acreedores, no se esconda, pacte con ellos
planes de pagos que se ajusten a su condición.
Existe
suficiente material en la red y otro tanto mucho más confiable en la Biblia, la
cual se constituye en un compendio de administración financiera, solo se
necesita una buena actitud y el deseo ferviente de ser libres para descubrirlo
y vivir tranquilos y prósperos.
Por
Edgardo Buelvas Arrieta
Terapista
de Familia
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